Aprender a conocer a tus alumnos es una de las habilidades más importantes para lograr los aprendizajes esperado,

sin embargo en ocasiones los manuales docentes no alcanza a darnos las herramientas necesarias para alcanzar una comprensión plena de las características de los alumnos.

En este sentido, he diseñado un sistema de clasificación a partir de más de 10 años en constante contacto con alumnos de las escuelas de todo el país.

He visto de todo y analizado diversas características para poder compartirte estas clasificaciones.

Para una mejor comprensión les he asignado un color a cada tipo de alumno, acompáñame a descubrir cada uno.

1.- Rojo: son niños más activos, en un extremo son agresivos, imprudentes, pero por otro lado tienen una gran capacidad de acción y resolución. Excelentes para los deportes pero con dificultades para el aprendizaje debido a que no son tan receptivos, incluso erróneamente los catalogan con hiperactividad. Deciden con el estómago, también llamados viscerales “las cosas se hacen como yo digo”.

2.- Azul: niños con facilidad para el estudio, serios, formales, con gusto por la lectura y las ciencias, pero también pueden ser tachados de antisociales porque solamente viven para trabajar, son demasiado formales, tienen dificultades para el deporte. Deciden con la cabeza, es decir, son más fríos, lógicos “las cosas se hacen bien hechas la primera vez para no trabajar doble”.

3.- Verde: niños con una formación más espiritual, alegres, divertidos, nobles, obedientes, con un desarrollo emocional más elevado, incluso amantes de la naturaleza, pueden desmotivarse fácilmente, les afecta más una llamada de atención, tienden más a la depresión. Deciden con el corazón. “Las cosas se pueden hacer de la forma más divertida”.

Una vez que desarrollas la capacidad de ver en tus alumnos estas 3 categorías y profundizas en el conocimiento de cada una descubrirás podrás observar las siguientes ventajas.

1.- Facilitar la asimilación de conocimientos.

2.- Usas las palabras adecuadas para cada uno.

3.- Puedes manejar un ritmo acorde a cada uno sin perder el ritmo general de aprendizaje.

4.- A cada uno le exiges lo que te puede dar.

5.- Evitar frustraciones en ellos.

6.- Cumples con los aprendizajes esperados.

7.- Detectas alumnos con problemas de aprendizaje y los canalizamos con instituciones adecuadas.

8.- Ayudas a los padres de familia a entender por qué hay hijos que les cuesta trabajo aprender.

El sistema educativo tradicional ubicaba a los estudiantes en una sola categoría, pasando por alto que cada uno tiene distintos ritmos de aprendizaje, por eso hoy más que nunca es necesario quitarnos este paradigma y entender que cada uno necesita un método específico, y yo estoy convencido de que una manera de comenzar a cumplir con esto es conocer a los tipos de estudiante que hay en un salón para saber cuáles son sus necesidades.

Espero coincidas conmigo en este punto y desde ahora busques métodos que te ayuden a conocer más a tus estudiantes. Coméntanos tus opiniones y no olvides seguirnos en redes sociales.

¡Adelante, siempre adelante!